Christopher Nolan está en el aire enrarecido de directores como Steven Spielberg y James Cameron, donde su nombre por sí solo es suficiente para llevar al público a los cines.
Desde su primer largometraje Siguiente En 1998, el director nacido en Inglaterra y criado en Chicago cultivó con éxito su propia marca de autor cinematográfico. Ya sean nuevas ideas que surgen de lo más profundo de sus sueños (Comienzo) a sus propias interpretaciones de iconos del cómic (Ordenanza trilogía) y figuras de la historia, se puede esperar una producción cinematográfica de élite. Pero eso no significa que el director no sea capaz de sorprender.
En su ilustre obra, que incluye dos premios de la Academia, un Globo de Oro y miles de millones de dólares recaudados en taquilla, las películas de Nolan suelen tratar de individuos dañados y atormentados que desarrollan obsesiones casi enfermizas, y sus historias abarcan ideas como el tiempo, la memoria, la percepción y, a veces, la mente. Lo más importante es la culpa. Estas emociones se reflejan a menudo en la estructura meticulosamente metódica de sus películas; la mayoría de las películas de Nolan tienen una trama muy variada, zigzagueando sin aliento entre el pasado y el presente. Pero, como el interior de un reloj suizo, cada pieza desempeña un papel que contribuye a un todo unificado.
Todo esto da como resultado un director que no parece tener una mala película con B mayúscula en su carrera de dos décadas y media. Se pueden debatir preferencias y cuestionar sus elecciones creativas, pero hay pocos cineastas vivos cuya producción sea tan consistente como la de Nolan. Nueva articulación Nolan Ahora que estamos en proceso, echemos un vistazo atrás y clasifiquemos las películas del director desde la “peor” (un término relativo, hay que reconocerlo) hasta la mejor.