Las 23 mejores y más memorables canciones de Disney de todos los tiempos, clasificadas

La alegre melodía de Larry Morey y Frank Churchill sobre encontrar la alegría en las tareas más mundanas es bastante simple, con solo nueve líneas, pero increíblemente pegadiza. La voz gorjeante y suave de Adriana Caselotti es apropiada para este número antiguo de estilo opereta y para toda la secuencia que presenta al ojiverde, un adorables criaturas del bosque la ayudan. Las ardillas barren el polvo con sus colas y los mapaches lavan la ropa sucia en un abrevadero cercano al ritmo de cada alegre música. Es difícil no dejarse seducir por esta cancioncita, y te encontrarás tarareándola la próxima vez que hagas tu limpieza de primavera.

Las huellas de Lin-Manuel Miranda están por todas partes en las bandas sonoras modernas de Disney. Es un maestro en la creación de melodías pegadizas ingeniosas, de ritmo rápido y que mezclan géneros. Las más grandes que han surgido de Encanto son “We Don’t Talk About Bruno” y “Surface Pressure”, donde combina estilos clásicos de Broadway con géneros de salsa y reguetón más contundentes. “The Family Madrigal” puede no haber alcanzado el mismo nivel de infamia en la cultura pop que las otras canciones de esta película, pero es una manera inteligente y económica de Presenta a la familia Madrigal y sus poderes. La voz alegre de Stephanie Beatriz como Mirabel se adapta perfectamente al ritmo alegre de la canción, mientras que los instrumentos folclóricos colombianos como el acordeón, la caja vallenata y la guacharaca combinan con la energía colorida del pueblo mágico que los Madrigales llaman hogar.

La vibrante mezcla de swing de big band y estribillos de coro gospel de Randy Newman captura a la perfección el alma vibrante del ambiente de Nueva Orleans. La enérgica Jennifer Lewis lidera “Dig a Little Deeper” como Mama Odie, respaldada por el entusiasta Pinnacle Gospel Choir. Los ritmos metálicos de la canción ayudan a Tiana a soltarse y a Naveen a darse cuenta de que está enamorado de ella. Las lecciones que Mama Odie imparte a través de La letra es sabia y con los pies en la tierra: no importa lo que tengas ni de dónde vengas, eso no define quién eres. La verdadera realización no proviene de la riqueza material, el estatus ni las apariencias externas, sino de comprender lo que realmente quieres en tu interior. La canción alcanza un crescendo con el poderoso cinturón de Anika Noni Rose y los conmovedores gritos del brillante coro de flamencos de Mama Odie.

La melodía onírica de “I See the Light” comienza con una guitarra suave. La composición de Glenn Slater y Alan Menken es bastante simple, lo que permite que las imágenes brillantes ocupen un lugar central. La canción tiene lugar durante la ceremonia de iluminación que Rapunzel ha anhelado visitar después de observarla desde su torre durante 18 años. Flynn y Rapunzel flotan en una góndola, rodeados ed por más de 45,000 linternas brillantes que flotan en el aire, salpicando el cielo y reflejándose en el agua que las rodea. Los personajes cantan los versos por separado en sus cabezas antes de que sus emociones estallen, luego armonizan el coro en voz alta, impulsados por darse cuenta de que están enamorados. Es una forma única y conmovedora de enmarcar una canción de amor de Disney.

Las letras juguetonas de Howard Ashman y la canción de vodevil, sincopada y animada de Alan Menken fueron el patio de recreo musical perfecto para que Robin Williams lo llenara con las impresiones disparatadas y las voces peculiares por las que era famoso. Una trompeta gorjea entre una de las letras inteligentes, imágenes y sonidos tan llenos de hilaridad que apenas puedes detenerte para recuperar el aliento. Robin Williams era tan hábil en la improvisación que tenía casi un día entero de f material. La animación es tan a loca como su interpretación vocal, donde Genie se transforma en incontables criaturas, desde un silbato de tren hasta un maître d’, un entrenador de boxeo, un conejito y un dragón. El sensacional escenario al estilo Broadway culmina con una línea de patada bajo focos brillantes con monos, elefantes y bailarinas con tops y pantalones de harén. “Friend Like Me” es un escaparate brillante para uno de nuestros mejores talentos de la comedia, el gran Robin Williams.

Los compositores Frank Churchill y Ned Washington son responsables de los traumas infantiles en todas partes con “Baby Mine”, que tiene lugar cuando la madre de Dumbo ha sido encarcelada como un “elefante loco” por proteger ferozmente a su hijo contra sus acosadores. Ella extiende su trompa a través de los barrotes para acunar a Dumbo con la suave y dormida melodía acompañada de cuerdas inquietantes. Betty Noyes tiene ese tono rico y redondo y en canto clásico, y transmite la fortaleza maternal de la Sra. Jumbo. Las imágenes de todos los animales (cebras, tigres, monos e incluso los hipopótamos submarinos) acurrucados en el amor de sus madres, excepto el pobre Dumbo, en contraste con la orquesta relajante de la canción, son absolutamente desgarradoras. “Baby Mine” es el tipo de canción que inspira sueños de ser consolado y cuidado por una figura paterna amorosa.

Jack Lawrence y Sammy Fain crean un solo convertido en dueto con una cualidad misteriosa y aturdida que complementa perfectamente la historia de La Bella Durmiente. Mary Costa tiene una voz tan elegante y operística, con tonos ricos que la hacen sonar mucho más madura que una chica de 16 años. Pronto se le une la voz fuerte y hermosa del Príncipe Felipe, quien aparece inesperadamente en el bosque. El romance se desarrolla rápidamente, girando juntos en el bosque, rodeados de hermosas imágenes de estilo gótico-renacentista de inspiración medieval. La orquestación cadenciosa y el gran conjunto coral se suman a la mística del viejo mundo. Las letras, de conocer a alguien antes de conocerlo realmente, de verlo en tus sueños, agregan un matiz de misteriosa emoción y destino místico a su romance.

Alan Menken y Stephen Schwartz crearon una de las canciones más oscuras de Disney. Es difícil imaginar que Disney vuelva a correr este tipo de riesgo creativo. “Hellfire” es cantada por un sacerdote corrupto consumido por la lujuria hacia la mujer romaní Esmeralda. Tony Jay, de voz profunda, interpreta al deshonroso le Frollo, que se pinta como un hombre virtuoso, a pesar de que mató a la madre de Quasimodo y casi mató a Quasimodo. Un verdadero católico los habría ayudado. Hoy, Disney nunca se atrevería a mostrar que las figuras de autoridad, especialmente las religiosas, a menudo pueden estar equivocadas e hipócritas. tical, si no abiertamente malvado. Esta es una de las canciones de villano más provocativas, en la que Frollo esencialmente confiesa su excitación. Canta sobre estar embelesado por los ojos ardientes y el cabello negro de Esmeralda, un deseo que arde y amenaza con convertirlo en pecado. o tiene una cualidad espeluznante en su uso del latín y el intenso coro religioso que se cierra sobre Frollo en sentencia, vestido de rojo con caras como agujeros negros vacíos. Es una canción evocadora de grandeza operística, con notas que brillan y se desvanecen como las llamas que bailan frente a él.

Cantada con una calidez sedosa y un vibrato brillante y etéreo por Ilene Woods como Cenicienta, “A Dream is a Wish Your Heart Makes” es suave y relajante, pero lleva un trasfondo de tranquila determinación. Ella les canta a sus leales compañeros, adorables bandadas de pájaros y ratones, que visten los pequeños atuendos que ella ha hecho con amor para ellos. Se unen durante un descanso de la canción que es más pl alegre y optimista mientras se prepara para otro agotador día de tareas, pero se mantiene positiva al creer que sus sueños se harán realidad. “Un sueño es un deseo que tu corazón hace” se ha convertido en un himno de marketing para el estudio, utilizado en varios anuncios para evocar nostalgia, magia y la promesa de que los sueños realmente se hacen realidad, con los parques temáticos de Disney como el lugar donde esa magia puede suceder.

La rica voz de Mark Kealiʻi Hoʻomalu y el alegre Coro Infantil de las Escuelas Kamehameha se unen para una canción que es tan dulce y fresca como un día de verano. “Hawaiian Roller Coaster Ride” tiene lugar durante un momento conmovedor de unión familiar mientras Lilo, Nani y David practican surf, deslizándose por las olas con facilidad. Stitch se ha portado mal, por lo que se siente un poco tímido para disfrutar el día con ellos, pero está humilde comienza a calentarse con lo que se siente tener una familia. Vemos la adorable progresión a medida que el pequeño buscador de emociones termina surfeando las olas también. La instrumentación de la canción, que incluye ukelele, guitarra tradicional hawaiana de estilo fingerstyle y guitarra steel, evoca las olas del océano y los cielos abiertos, lo que le da ese ambiente relajado y playero. Tanto la animación como la canción en sí honran el hermoso entorno hawaiano de la película.

“Vamos a ponernos manos a la obra para derrotar a los hunos”, canta Donny Osmond con su voz perfectamente nítida. El conmovedor número “I’ll Make a Man Out of You” de Matthew Wilder y David Zippel es la canción estimulante para un montaje de entrenamiento. Comienza cómicamente cuando vemos a Mulán y sus torpes amigos intentar convertirse en el soldado chino ideal. El pegadizo estribillo utiliza metáforas evocadoras de la naturaleza para el tipo de fuerza y calma que Mulan necesita encontrar, y la puntuación en voz profunda "¡Sé un hombre!" al final de cada verso le agrega emoción. Cuando Donny Osmond canta “El tiempo corre hacia nosotros, hasta que llegan los hunos”, sientes una emocionante oleada de urgencia y te llenas de coraje. El coro final suena sin instrumentación, las voces masculinas de los soldados retumban, lo que te permite concentrarte en Mulan y sus amigos que ahora están pateando traseros.

La voz de Brad Kane tiene una cualidad emocionada y entrecortada que te atrae mientras se lleva a Jasmine en un viaje mágico por la alfombra roja. Suena brillante y sincero mientras describe el mundo brillante, reluciente y espléndido que Jasmine nunca ha visto y que él está ansioso por mostrarle. Lea Salonga, quien es una leyenda de Broadway por derecho propio, tiene una inocencia angelical como Jasmine. Sus voces se unen En perfecta armonía para este arrollador dueto. “A Whole New World” es una de las canciones de amor más románticas de Disney, con una melodía que revolotea y se desliza como la misma alfombra mágica. Escrita por Alan Menken y Tim Rice, la orquestación tiene cuerdas exuberantes que impulsan la aventurera secuencia animada donde se elevan a través de las nubes, pasan la Esfinge y aterrizan cerca de un grupo de caballos.

Abriendo con una pista de batería pulsante, Desconocidos como yo evoca las ruedas giratorias en la mente de Tarzán a medida que aprende más sobre lo que hay más allá de la jungla. El montaje está maravillosamente animado y presenta ilustraciones de tinta antiguas que Tarzán mira a través de una linterna mágica. Ve la ciudad de Londres, un castillo gigante, la Esfinge e incluso el espacio exterior por primera vez. Esta avalancha de información impulsa el ritmo urgente de la canción.

Los realizadores elaboran toda la secuencia animada como respuesta a la letra, mientras Tarzán observa a Jane (“Cada gesto, cada movimiento que ella hace/Me hace sentir como nunca antes”) o muestra un rincón de la selva tropical lleno de loros (“Ven conmigo ahora a ver mi mundo/Donde el Hay belleza más allá de tus sueños”). La brillante voz de Phil Collins captura el asombro de Tarzán, especialmente en el coro, donde Tarzán expresa su deseo de aprender más sobre extraños como él. Sientes su hambre por el gran mundo ancho en los fuertes golpes de tambor tribales de la canción.

La historia del antiguo héroe griego Hércules tiene un estilo musical único, con el letrista David Zippel y el compositor Alan Menken mezclando doo-wop, Motown y soul gospel. Las musas sirven como un coro griego literal, comentando la acción con su perspectiva atrevida. En “I Won’t Say I’m in Love”, la voz aterciopelada y sarcástica de Megara, Susan Egan, se distingue de otras heroínas de Disney, que a menudo cantan arias vibrantes sobre soñar con un príncipe. En cambio, Megara se resiste a sus sentimientos porque la han quemado demasiadas veces antes, lo que crea una yuxtaposición cómica con las Musas, quienes insisten descaradamente en que está enamorada. Se burlan de ella con “Mira la sonrisa, estás enamorada”. Es una canción juguetona y coqueta que celebra a una princesa Disney poco convencional y elecciones musicales.

Desde su introducción en La SirenitaLas canciones “I Want” al estilo Broadway se han convertido en un sello distintivo de las películas de princesas de Disney. Son solos apasionados que revelan lo que cada heroína más desea en el mundo. Lo que su corazón anhela se convierte en el motor emocional que impulsa la historia. En “How Far I’ll Go”, compuesta por Lin-Manuel Miranda, Moana se debate entre su sueño de explorar lo que está más allá de su isla remota y su deber hacia su familia. Está genuinamente desgarrada, incluso se pregunta si está mal anhelar lo que hay más allá del horizonte. La voz pura y sincera de Auli’i Cravalho captura toda la nostalgia e incertidumbre de crecer. La melodía crece y se estrella suavemente como las mareas del océano, reflejando el tira y afloja del conflicto interno de Moana.

La realeza de Broadway, Jerry Orbach, dirige este espectáculo espectacular con música de Alan Menken y letras de Howard Ashman. La afable Lumière, con su candelabro, usa el número para atraer a Bella fuera de su dormitorio y demostrar que el castillo encantado es más acogedor y emocionante que espeluznante y deprimente. «Be Our Guest» tiene una letra ingeniosa y de ritmo rápido cantada en un estilo clásico de «canción de patrones» que luego explota en un animado final de cancán francés. Los objetos vivientes del castillo solo quieren servir a un d hacer a alguien feliz de nuevo, ofreciendo a Belle comidas elaboradas y entretenimiento de slumbrante. Todo está en el plato para Belle, desde la sopa del día, entremeses calientes, ragú de carne, soufflé de queso, y por supuesto, la cosa gris. Lo que es tan emocionante sobre el número como su música vertiginosa es la animación, con cucharas nadando en poncheras como un número de Busby Berkeley, focos prismáticos, suntuosos pasteles de colores brillantes, una lámpara de candelabro y cubiertos bailarines.

Phil Collins lo sacó del parque con todo el equipo. Tarzán Banda sonora. De alguna manera, su voz terrenal, sus instrumentos con infusión de tambores y sus letras sinceras fueron la mezcla perfecta para esta historia de la jungla. En lugar de un musical tradicional de Disney, Phil Collins actúa como un narrador omnipresente, comentando la acción o expresando los pensamientos del personaje. “You’ll Be In My Heart” se ganó con justicia el Premio de la Academia a la Mejor Canción Original. Originalmente escrita como una canción de cuna para su propia hija, la canción comienza tierna, con Phil Collins susurrando casi suavemente contra suaves marimbas.

Sus letras de verdadero amor y devoción son conmovedoras, especialmente en la escena donde Kala se la canta a un bebé Tarzán, quien, a pesar de ser de una especie diferente, experimenta un vínculo donde el amor y el cuidado no conocen límites. La canción finalmente choca con una batería potente, moviéndose hacia un puente que ve al niño volar libre por su cuenta: “Cuando el destino te llama / Debes ser fuerte / Puede que no esté contigo / Pero tienes que aguantar”. Esta canción es conmovedora para cualquiera que haya amado a alguien y lo haya visto crecer, sin importar el tipo de relación.

Esas notas iniciales de calipso solista de “Under the Sea” te emocionan de inmediato, y Samuel E. Wright ofrece un alegre golpe submarino. Su voz resonante y su energía vivaz son perfectas para el crustáceo sobredramático y su misión de convencer a Ariel de que vivir bajo el mar “son las burbujas” sin problemas. “Under the Sea” mantiene a flote el montaje de colores del arco iris de la vida marina que llena el mundo de Ariel. peces, delfines y arrecifes de coral. La escena vincula inteligentemente los instrumentos a varias criaturas y animaciones: las arpas hacen eco del banco de peces que gira, las conchas imitan sartenes de acero y un par de pulpos entrelazan sus patas como líneas de bajo. Con su contagioso ritmo caribeño, la canción de Howard Ashman y Alan Menken es un verdadero éxito e imposible no amarla, razón por la cual ganó el Oscar de 1990 a la Mejor Canción Original.

“Crees que las únicas personas que son personas/Son las personas que se parecen y piensan como tú/Pero si sigues los pasos de un extraño/Aprenderás cosas que nunca supiste, nunca supiste.”

En este mundo cada vez más polarizado, ese mensaje nunca ha sido más relevante. Pocahontas no se enamora de inmediato de John Smith; en cambio, condena toda su cultura, que prioriza el oro y el odio sobre la aceptación y la belleza de la naturaleza. Las letras de Stephen Schwartz pintan imágenes magníficas de la naturaleza salvaje estadounidense, cuestionando por qué los hombres blancos que han invadido estas tierras no pueden apreciar el mundo que los rodea, desde la sonrisa Desde los linces hasta las dulces bayas y los árboles que se extienden hacia el cielo, si tan solo los dejáramos crecer. La banda sonora envolvente de Alan Menken es arrebatadora, llevada por la apasionada voz de Judy Kuhn. Más que solo la profunda letra, son las imágenes las que hacen que este número musical sea tan inolvidable, en particular John Smith y Pocahontas bailando en un viento de color pastel. No es de extrañar que «Colors of the Wind» ganara un Premio de la Academia a la Mejor Canción Original.

Escrita por Leigh Harline y Ned Washington, “When You Wish Upon a Star” ha llegado a definir a Disney, y suele reproducirse sobre el logo del castillo que abre cada película. La balada etérea es cantada por Cliff Edwards como Pepito Grillo, cuya voz resonante pero peculiar se siente como alguien que comparte una historia junto a una hoguera crepitante. “When You Wish Upon a Star/Makes No Difference Who You Are/Anything Your Heart “Deseos/Vendrán a ti”, canta con ternura durante los créditos iniciales. La suave melodía te envuelve en un cálido abrazo de posibilidades. La gente a menudo se burla de los adultos de Disney, pero quizás una de las razones por las que nos aferramos a las películas de Disney mucho después de crecer es que ofrecen esperanza en un mundo cada vez más sombrío. Esta canción aspiracional nos recuerda que hay más en la vida que lo ordinario, si tan solo nos atrevemos a imaginar.

Como la Sra. Potts, la cálida y alegre voz inglesa de Angela Lansbury añade un toque rosado a esta poderosa balada de amor, respaldada por una orquesta de suntuosas cuerdas. La letra no es el romanticismo puro de las antiguas historias de amor de Disney; aquí no hay amor a primera vista. En cambio, la Sra. Pottts reflexiona con dulzura sobre cómo el amor verdadero puede tardar en florecer y cómo las relaciones a veces requieren cambios, admitir tus defectos y trabajar duro para dejar de lado tus vicios y peores cualidades. Es una perspectiva sorprendentemente madura para una canción de amor de Disney. La animación que la acompaña es una de las secuencias más exquisitas en la historia de Disney: el vestido dorado de Bella se desliza delicadamente por la pista mientras ella y la Bestia bailan en el gran salón de baile, la cámara gira para revelar la lámpara de araña brillante y el techo al estilo de Miguel Ángel de querubines pintados sobre ellos. Que Howard Ashman escribiera esta canción mientras moría por complicaciones del SIDA la hace aún más conmovedora.

Antes La Sirenita Inauguró el Renacimiento de Disney (un período de narrativa más sofisticada y éxito de taquilla). Las canciones de princesas se centraban principalmente en sus príncipes azules. Tenían muy pocas aspiraciones más allá de soñar con su príncipe o desearlo. Pero la introducción del equipo de compositores Alan Menken y Howard Ashman, que habían trabajado en el espectáculo off-Broadway La pequeña tienda de los horroresAyudó a desarrollar una princesa Disney que tenía mayores ambiciones. Ariel quería ver el mundo humano y lo expresaba en un solo al estilo Broadway llamado la canción “I Want”, donde la protagonista canta sobre, bueno, lo que quiere.

“Part of Your World” tiene una melodía fluida y un dulce anhelo en la voz de Jodi Benson (y le da un poder más conmovedor en la versión de acción en vivo de Halle Bailey). Vemos su cómica incomprensión de cuáles son sus tesoros, todos los quiénes son y los qué son en abundancia. "¿No me encantaría explorar esa costa de arriba?" su voz se eleva mientras se extiende a través de la parte superior de su gruta hacia el sol. En ese momento, con sus grandes ojos y su voz dolorida, comprendes completamente cuánto significa el mundo humano para ella.

Ninguna canción de Disney es tan épica como “Circle of Life” de Elton John. La imagen del sol naciente, junto con los versos iniciales cantados apasionadamente en zulú por Lebo M., sin ningún instrumento, te engancha de inmediato a esta historia envolvente de la sabana africana. El título, “Círculo de la vida”, es apropiado para esta historia de nacimiento, muerte y todo lo demás. La letra, de alguna manera, abarca todo sobre nuestro gran y hermoso mundo: lo finita que es la vida y las experiencias, tanto buenas como malas, que nos dan equilibrio. Hay desesperación. y Hay esperanza. Hay fe. y Hay amor. La letra es poética y te hace pensar en la maravilla y el misterio de la existencia. La canción alcanza un punto máximo poderoso al final cuando el coro se eleva al unísono. Es imposible no sentir escalofríos en todo el cuerpo con esa nota final elevada, “Es el círculo, el círculo de la vida”, acentuada por el estruendoso ritmo de los tambores, donde la imagen de Rafiki levantando a Simba en Pride Rock se corta a negro. “Circle of Life” es una hermosa canción con una gran visión, especialmente para una película dirigida a niños.